Gracias por llegar tarde

Durante la pandemia, el 17 de junio de 2020, escuché un video de Alex Berezowsky sobre cómo vender conocimiento en internet. Las cosas que decía eran brillantes por lo que tomé notas. Una de sus recomendaciones, como de pasada, fue el libro de Thomas L, Friedman Gracias por llegar tarde. Lo busqué en Amazon, me gustó la reseña y lo compre. Pocas veces me han hecho una recomendación tan buena. No en vano el autor tiene tres (3) premios Pulitzer.

El libro es imposible de leer deprisa. La primera parte glosa lo que ha sucedido desde 2007 hasta hoy en el mundo de las aceleraciones. Los efectos de la ley de Moore. La segunda parte glosa algunas teorías sobre el cambio climático y sus efectos que son bastante discutibles. Pero hoy hay obligación moral de creer en el cambio clímático, así que dejaré mis opiniones a un lado (no se crean que el cambio climático es sólo culpa del hombre). La tercera parte son agudísimas observaciones sobre el comportamiento humano, tomadas a partir de lo que la gante hace en Minesota.

En el libro no hay ni una página de más. Por eso se tarda tiempo en leerlo. Valoro especialmente que está construido sobre entrevistas personales con los mejores técnicos del momento, que dan razón de todo lo que el libro expone. Friedman opera con gran viveza. Es muy fácil de leer. Su oficio es el de columnista (articulista de periódico) y el libro podría considerarse como una suerte de columnas (artículos) muy bien ensamblados. Ayudan mucho a pensar.

Si tuviera que decir cuál es la tesis central del libro diría que es “con un ordenador y acceso a internet tienes acceso a todas las formas de sabiduría”. Y sus efectos. Esto puede parecer fácil de hacer. A lo mejor lo es. Dudo mucho que alguien pueda hacerlo con la maestría que Friedman lo ha hecho. ¿Pueden ustedes imaginar hoy un mundo sin Google? ¿Podría usted trabajar sin ese buscador? Friedman le explica por qué. Se lo aseguro: usted no lo sabía.

¿Qué echo de menos en el libro? Friedman profesa la fe judía, en su versión más moderna. No liberal. Moderna. Y eso echo de menos. Que, como yo soy cristiano, el optimismo que predica se me queda corto. Falta la figura de Jesucristo. Su persona. Está la caridad. Pero es informe.

Igual que Berezowski, yo también les recomiendo el libro. Sólo les debo advertir que he leído el originaL inglés y que no sé si la traducción española es buena. El inglés es magnífico y brillante. Si quieren comprar el libro en inglés, pueden hacerlo aquí. Por bueno que sea el traductor, siempre será mejor el original.

Conmigo lo hicísteis

Ignacio María Doñoro de los Ríos es un sacerdote español del que yo no sabía nada hasta hoy. Ha escrito un libro, titulado El fuego de María, que no es una novela. Debería serlo. Es mucho mejor. 

Hacía muchos años que no leía un libro de un tirón. No tengo tiempo. Hoy me ha llegado por Amazon. Me lo había recomendado por WhatsApp mi prima Cecilia. Lo compré de inmediato, pero con cierto escepticismo. A saber de qué va esto. Llegó por la mañana. Leí el prólogo, de Marta Moreno, directora adjunta de la editorial Nueva Era, mientras andaba por la calle. Francamente malo. Seguí leyendo, el segundo prólogo, del autor, y luego sus vivencias hasta que entró en el seminario de Burgos. Desde ahí ya no pude dejar de leer. Porque Jesucristo está muy encima de este hombre. Esto es lo que más me ha impresionado y por eso ya lo he acabado. Entero. Con subrayados. Con notas.

Sus vivencias en el seminario de Bilbao −no de Burgos: de Bilbao− explican qué es lo que ha pasado en el País Vasco durante todo este tiempo. Bastaría con esas páginas para justificar la lectura del libro. Pero hay mucho más. Su etapa como párroco, de la que habla poco; su etapa como capellán castrense; el genuino milagro −él no lo adjetiva así− en San Sebastián haciéndose presente Jesucristo en un soldado drogadicto; su etapa como Páter de Inchaurrondo; su misión de paz en Medjugorje – Trebinje; sus dos posteriores misiones de paz en Kosovo; la conversión de los 12 ateos; la conversión de pastor metodista; sus confesiones de 5 de la mañana a 2 de la noche durmiendo sólo 3 horas durante un mes, a base de café; el manual para tratar bien a la gente que le pidieron los americanos; las infecciones de Kosovo; la reunión con Carme Chacón en Kosovo. Y su segunda vocación a través de Robert Sarah.

Señor ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos, sediento y te dimos de beber?¿Cuándo te vimos peregrino y te acogimos, desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuantas veces hicisteis eso a uno de estos mis hermanos menores, a mí me lo hicisteis.
Mt. XXV, 37-40.

Así nació, poco a poco, el Hogar Nazaret, del que tampoco sabía yo nada hasta hoy. A partir de aquí las historias son interminables. Lo malo es que terminan, se acaba el libro. La venta de niños por 25 dólares en El Salvador para traficar con sus órganos; los secuestros en Bogotá; su vocación definitiva con tres frases “al azar” tomadas del evangelio; la paliza que recibió en Puerto Maldonado (le descoyuntaron varias vértebras y no lo mataron porque Dios no quiso); las prostitutas que protegieron a los niños; sus recomienzos en Bellavista y Carhuapoma… y las historias personales, de niños con su nombre, rotos por dentro y por fuera, contadas una por una desde la página 156 hasta el final del libro. No se las refiero, para que lo compren. Van a llorar.

El autor no tiene una ONG. Tiene a Jesucristo en el alma. La causa por la que hace todo es porque ve a Jesucristo en los niños pobres, desvalidos, abandonados o enfermos. La clave no es la infancia. La clave es Jesucristo en persona.

“Mi Señor y mi Señora me han dicho que le quieren muchísimo”. Este es el tipo de recados que reciben los santos que no tienen nada cuando otros santos les traen lentejas (60 Kilos) y arroz (350 Kilos) para alimentar a los pobres. Estos son los recados que recibe con cierta frecuencia Ignacio María Doñoro de los Ríos. Cuya confianza en la providencia es tal que puede hacer llegar desde la selva a Madrid una tasación en dos días. Cosas de Hacienda. Si leen el libro entenderán a qué me refiero.

El Cristo humillado

Ediciones Sígueme ha tenido el acierto de publicar un libro editado por primera vez en 1938. Digo el acierto porque es un libro de lectura obligada para quien quiera conocer la espiritualidad rusa anterior a la revolución de 1917. Como todo el mundo sabe, desde que el Partido Comunista ruso se confundió con el Estado ruso, el socialismo lo invadió todo y acabó con toda forma pública de religión. A los fieles cristianos no les quedó más que la oración y el recuerdo de unas Iglesias en su mayoría cerradas. Los cristianos perdieron sus derechos civiles y su libertad política, además de su dinero. Para entender por qué tan grande humillación fue posible es indispensable leer a Gorodetski. Ella misma fue una víctima del socialismo y tuvo que huir de Rusia. Acabó en Inglaterra. Y allí escribió este magnífico libro.

Brillan en sus páginas los más importantes autores de la literatura rusa, explicados con rigor. Gógol, Tolstoi, Dostoievski... pero también Nekrásov, Uspenski, Garshin, Mijailovski, Lavrov, Málikov, Tijón de Vóronez, Filareto de Moscú, Inokenti, Teofán, Bújarev (el Archimandrita Fiódor), Bulgákov... son explicados en su esencia cristiana. Llama la atención el desconocimiento occidental de Gógol, Tolstoi, Dostoievski en su faceta de escritores sobre la esencia del cristianismo y la falta de estudio occidental del alma de tan importantes escritores rusos. Si les interesa la esencia del alma de la literatura rusa, les recomiendo la lectura de esta libro. Cómprenlo haciendo click en la imagen:



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